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Luis Carlos Sarmiento. Foto: Portafolio |
Este es el texto que fue reenviado desde Estados Unidos, por el ciudadano Luis Hernando Álvarez Acosta. Dice
el texto:
Bogotá D.C., Mayo 23 de 2013
Señor
Luis Carlos Sarmiento Angulo
Presidente Holding Grupo Aval
Acciones y Valores S.A.
La ciudad
Asunto: solicitud de
devolución de tierras y recursos de los colombianos
En nuestras investigaciones en
materia de tierras y desarrollo rural, nos hemos encontrado con acaparamiento
de baldíos nacionales por empresas suyas. Usted y sus bufetes de abogados
conocen que dichas tierras de la nación tienen como destino el acceso
progresivo a la propiedad rural de los campesinos y trabajadores agrarios en
condiciones de pobreza. Y que la norma prohíbe acumular más de una Unidad
Agrícola Familiar - UAF, a fin de que con ello no se concentre la propiedad de
la tierra.
Se trata de graves hechos que
no podemos pasar por alto y que estoy en la obligación de poner en conocimiento
de la ciudadanía y de las autoridades competentes. Al respecto, de cara a mi
actividad parlamentaria quisiera dirigirle tres simples preguntas, que seguro
se harán también millones de colombianos a quienes compartiré sus respuestas,
que pronto espero.
La primera pregunta es:
¿Bajo qué consideraciones
usted, dueño de cuatro bancos, un periódico nacional, un fondo de pensiones,
una cadena de hoteles, concesionarias viales, constructoras de vivienda,
compañías petroleras y de gas, y otros tantos negocios, se cataloga como
campesino pobre y por tanto sujeto del derecho a acceder a baldíos de la
nación?
La interrogación me surge,
porque en mis averiguaciones he constatado que más de 13 mil hectáreas, la
mayoría proveniente de procesos de reforma agraria (entregada a campesinos) en
los municipios de Puerto Gaitán y Puerto López en el Meta, son ahora de su
propiedad. Así por ejemplo, su Organización Pajonales S.A. acumula más de 4.000
hectáreas en una zona donde la Unidad Agrícola Familiar alcanza las 699
hectáreas. Considerando solo Pajonales, usted ya ha violado con creces la
prohibición de acumular baldíos.
Las dos siguientes preguntas,
se derivan de los siguientes hechos:
Cualquier colombiano, sin
temor a equivocarse, puede afirmar que la mayor parte de su riqueza proviene de
dos fuentes, una más conocida que la otra:
1. De la renta extraída del
cobro que le hace a sus clientes de los bancos Popular, Occidente, AV Villas y
Bogotá, y de otros negocios financieros.
2. De la contratación y de la
ayuda estatal. Para efectos de respuesta, sólo considere lo segundo, más
exactamente los cuantiosos recursos no reembolsables, que usted ha recibido en
sus negocios agroindustriales.
Así las cosas, le pregunto
entre atónito y asombrado:
¿De dónde surge su derecho a
postularse para acceder a los créditos SUBSIDIADOS por el estado colombiano, a
través de FINAGRO y por valor de 35.600 millones de pesos, mientras usted a
través de sus bancos cobra a los colombianos intereses cercanos a la usura?
Su fortuna según Forbes,
asciende a US$13 billones de dólares, riqueza que lo clasifica en el puesto 64
de aquella revista. Es decir, de lejos, usted es el hombre más rico de Colombia
y está entre los más ricos a nivel mundial. En ese orden de cifras, ¿con qué
criterio ético y responsabilidad empresarial usted se hace beneficiario de
incentivos y recursos públicos, tales como: CIF (187 millones), AIS (375
millones) y Exenciones Tributarias (sin valor reportado aún)?
Yo no sé si su contador estará
de acuerdo conmigo, pero sostengo que si usted devuelve a los colombianos
dichos recursos y las tierras adquiridas vulnerando la Ley, no perderá su
actual escalafón en Forbes y tampoco pondrá en riesgo sus finanzas personales o
familiares. Señor Sarmiento, con firmeza y alzando la voz por millones de
colombianos, le solicito reintegre esos recursos a la nación. Pague señor
Sarmiento, ¡pague aunque sea sin reconocer los intereses!
Atentamente,
Wilson Neber Arias Castillo
Representante a la Cámara,
Valle del Cauca
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